Llegada la hora del bocadillo, los dos niños se sientan
juntos a comerlo al pie del columpio. Pepito saca un minúsculo pedazo de pan descongelado
unas horas antes y relleno de chóped. A Cayetano, le cuesta sostener su baguete
de pan francés relleno de aceite de oliva virgen extra, tomate ecológico y
jamón de jabugo entre sus manitas infantiles.
En teoría, los dos niños meriendan. En teoría, ninguno pasa
hambre. Sin embargo, una hora después del bocadillo, Pepito vuelve a tener
hambre y no juega con la misma energía que Cayetano.
Y es que la teoría y la práctica, a menudo, no tienen nada
que ver.
Por eso no es lo mismo crear empleo que crear empleo de
calidad, por eso en España el obtener un empleo no te garantiza salir de pobre.
Por eso, no es un triunfo que se destruya un empleo fijo para crear dos empleos
temporales, esa gente, ni consumirá lo mismo (y hablo ya de cosas básicas) ni
aportará lo mismo a las arcas del estado.
Y ahora, señores políticos y escoria diversa, explíquenme de
nuevo que el año pasado fue un buen año para el empleo, eso sí, háganlo sin que
se les escape la risa, por favor.