El sistema fiscal español es tan complejo como injusto.
Ahora el ministro Montoro nos habla de la próxima reforma fiscal como si se
tratara del bálsamo de Fierabrás, que todo lo cura, nos dice que bajará los
impuestos (por enésima vez), que reducirá los tramos fiscales y que el
viviremos en el país de la piruleta.
Acostumbrado a vivir en un país en el que se han comunicado “n”
bajadas impositivas y, sin embargo, somos los que hemos sufrido mayor presión
fiscal de la OCDE (que se dice pronto) durante los últimos años, no dejo de
pensar que esta reforma fiscal sólo servirá para que paguemos más los de
siempre y es que cuando vives en un país en el que el 39% de la población sostiene
al otro 61 y en el que cuando se gasta más de lo que se ingresa es siempre un
problema de ingreso y no de gasto, es difícil creerse que las cosas vayan a ir
a mejor.
Cuando el ministro dice que reducirán los tramos fiscales
del IRPF, uno piensa que unificarán los tramos que más le convienen, de forma
que una tímida subida de sueldo nominal no redunde en un menor salario real, el
ser humano es así, siempre dispuesto a hacerse trampas al solitario. Sin
embargo, para mi esto significa que, o bien unificarán tramos por arriba para
que el que gana más pague menos, o bien unificarán tramos por debajo de modo
que el que paga menos, pague algo más.
Es en momentos como este cuando recuerdo una película de mi
infancia, una de aquellas de Pajares, Esteso y el gran Ozores en el que alguien
decía “nuestro sistema fiscal es igualitario, el que tiene más paga más”, a lo
que otro le preguntaba “¿y el que tiene menos?”, entonces su interlocutor, tras
pensarlo un rato, volvía a decir “ese también paga más”.
En fin, esto es España, que nadie sueñe con pagar menos
mientras los discípulos de Vlad Tepes, envueltos en túnicas rojas o azules,
sigan en el poder. Y ahora, votad, corred a votar en las europeas, no sin
plantearos porqué los políticos tienen tanto miedo a la abstención…
Pd: perdón por la tardanza, estoy de exámenes