martes, 17 de diciembre de 2013

Dos gráficos para enfadarse

Aviso de que los siguientes gráficos pueden herir la sensibilidad de los lectores o, mejor dicho, cabrearles mucho, tanto como me cabrearon a mí en su momento.

El primer gráfico que os traigo hace referencia a la evolución de la productividad y a la de los salarios. Como podéis ver, eso de que hay que ser más productivos para ganar más es un cuento pues hace años que los trabajadores son más productivos cada vez y, sin embargo, dicha productividad no les repercute.

El segundo gráfico es consecuencia del primero. Vemos los beneficios empresariales y los salarios. Como podéis ver, la productividad redunda en mayores beneficios empresariales pero, oh sorpresa, esos beneficios no repercuten en los trabajadores.

La trampa de todo esto la cavan los propios beneficiados de los beneficios, valga la redundancia, que no se dan cuenta de que todo que el trabajador deja de ganar, también lo deja de gastar y, al final, les acaba repercutiendo…
Luego se quejan de que el consumo se desploma...

martes, 10 de diciembre de 2013

Economía de la granja

En la granja de Pepito (ia ia ooooo) había un caballo y un mulo. Pepito utilizaba el caballo para ir a la ciudad a recoger el correo, para patrullar la finca o para ir al médico. El mulo, en cambio, era quien araba la tierra, llevaba la carga de la cosecha al granero y ayudaba en las tareas de recolección.

Al principio, Pepito alimentaba a los dos animales más o menos por igual. Sin embargo, un día, Pepito pensó que sería una pena que le robaran la cosecha tan espléndida que había brotado ese año de modo que comenzó a patrullar más la finca y, en consecuencia debió alimentar más al caballo a costa del mulo.
Poco tiempo después, Pepito se echó una novia por correspondencia. Escribía casi a diario, de modo que iba al pueblo con mayor frecuencia. De nuevo, tuvo que alimentar más al caballo a costa del mulo.

El tiempo pasó y, cuando llegó el momento de recoger la cosecha, Pepito vio que el mulo no rendía como antes. La cosecha se le estropeaba en el campo y pocas veces conseguían llegar al granero antes de la caída de la noche.
Para intentar arreglar el problema, Pepito comenzó a azotar al mulo con una fusta, pensando que se había vuelto vago, sin embargo, todo lo que consiguió fue que el animal, cansado y desnutrido, se rindiera y se dejara caer en el suelo.
 

Al final, lo que le pasó a Pepito es lo que pasa cuando la economía productiva se descuida para engordar al sector público, un sector que ya representa el 50% del gasto del PIB español. Sigan derrochando, sres políticos, sigan fustigándonos con impuestos injustos y retornos ridículos.
Twitter Bird Gadget