martes, 12 de enero de 2010

Funcionarios... un tema polémico.

Buenos días a tod@s,

Ayer estaba desempolvando algunos libros de la carrera buscando algunas referencias cuando me topé con uno de mis libros preferidos: "Economía Pública I" de Emilio Albi Ibañez.En este libro se habla de las razones que justifican la intervención pública, la estructura de esta, etc... y hay un tema que me llamó particularmente el interés y no suele pasar de moda: los funcionarios. Voy a intentar aproximarme al tema desde una óptica poco común (que nadie se escandalice): los funcionarios su incidencia en el gasto público más allá de sus remuneraciones.

Veréis, los funcionarios tienen una fuerte influencia sobre el gasto ya que su cometido es suministrar a los políticos toda la infonnación técnica necesaria para que éstos adopten sus decisiones de gasto, y poner en práctica los programas decididos por los políticos.

Por otro lado, tenemos que considerar que los funcionarios no tienen incentivos salariales para realizar su trabajo eficientemente al no estar retribuidos por productividad, en parte por estar los salarios fijados por ley, en parte porque sería muy difícil medir esa productividad.

Según un señor muy majo llamado Niskanen, los funcionarios se guían por objetivos tales como la búsqueda de poder, prestigio, influencia, prebendas, etc. Dichos objetivos están relacionados con el tamaño del presupuesto que controla el funcionario por tanto, y siempre según Niskanen, el objetivo de los funcionarios es maximizar el tamaño de su......... (malpensad@s) presupuesto; para conseguir esto tienen diferentes vías:

1.- El funcionario esgrimirá argumentos técnicos para «ofertar» al político el nivel de provisión que desee. El político sólo «comprará» la oferta si el beneficio que le reporta es mayor que el coste de provisión.
Este tipo de argumentación es más aplicable en proyectos de gasto que requieran unos conocimientos técnicos sofisticado.



¿Os ha sonado a chino?, viene a decir que si un político quiere construir un hospital de cien camas, el funcionario le dirá algo así como que con menos de 500 camas no es aconsejable dada (por ejemplo) la población de la región, el número medio de enfermos o las costumbres reproductivas de la genuina hormiga insignifiquistaní... Si el político acepta, el funcionario controlará un presupuesto mayor.

2.- Infraestimación de costes: el funcionario presupuestará una cantidad pequeña que ayudará a que dicho presupuesto sea aprobado, cuando se acabe el dinero se hará una ampliación de presupuesto ya que las obras públicas no se suelen parar por falta de dinero.

3.- Sobreestimación de beneficios: el político desconoce la magnitud precisa de los beneficios para la sociedad del proyecto a emprender (una carretera) y encarga al , funcionario que, además de los costes, estime los beneficios. El funcionario podrá intentar aumentar el tamaño de su presupuesto exagerando la magnitud de los beneficios (va a ser una carretera preciosa que usará mucha gente).


Si lo pensáis, por estos motivos el funcionariado tiende a incrementar el gasto público por definición...

Existen más formas, pero no quiero volveros loc@s... en cualquier caso pensad que me he limitado a transcribir una parte de los estudios del señor Niskanen así que no mateis al mensajero...

Saludos

11 comentarios:

  1. En España hay tres millones de funcionarios a día de hoy.
    Eso, sin contar asesores externos,consultores de Presidentes autonómicos y alcaldes,gabinetes de imagen,etc,etc,...que elevaría la cifra en 300.000 personas más.
    En 1978 existían 700.000 funcionarios en toda España, lo que da idea y cota, de que hasta que punto la elefantiásica administración ha crecido hasta niveles insostenibles.
    Dicisiete gobiernos autonómicos,diecisiete reinos de taifas dan para esto y mucho más.
    Sobre todo cuando se dan ratios como en Andalucia y Extremadura.

    En Andalucia, uno de cada cuatro trabajdores es funcionario.
    En Extremadura,uno de cada cinco.
    Las respectivas Juntas son las mayores empresas de sus Comuniddaes.

    Miremos las cifras:en Andalucia hay nada más y nada menos que 646.000 funcionarios.
    El 19,5% de los funcionarios de este país,vive en Andalucia.

    No hay país que resista estos números,Insignificantius.

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  2. Natalia

    Tienes mucha razón, yo no digo que lo resista, para mi la cuestión es cuando dejará de hacerlo...

    ¿Apuestas?

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  3. ¿Y en cuanto al funcionariado cuyo único comentido es realizar tareas administrativas como gestionar los vados de una población, padrón, etc...? Creo que el gran problema aquí es lo que aparece en el post, no se puede controlar la "productividad" del funcionario.

    Cuanto menos resista el país, antes se empezarán a arreglar las cosas.

    P.D. Conozco funcionarios que no dan a basto con su trabajo. Pero es uno por cada 3 de los que se tocan la seta a dos manos.

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  4. Fampi dijo...

    "realizar tareas administrativas como gestionar los vados de una población"

    Todo funcionario puede ascender pasando a controlar un mayor presupuesto o/y personal

    Ya avisé que se trataba de un tema polémico...

    Saludos

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  5. Con cierto retraso, yo tb quiero dar mi opinión sobre este tema. Si que existe cierta polémica, pero es porque se considera un tema tabú. Ningún gobierno se ha atrevido a meterle mano al asunto, porque (como siempre, I) rondan los sindicatos como moscas cojoneras (perdón).

    Cada vez que a algún insensato se le ha ocurrido mentar un "cambio", todos a las trincheras, poco más o menos.

    En cuanto a lo que comentas de la "función asesora" del funcionariado público, creo que es a causa de esto las numerosas críticas que recibe este gobierno, por los asesores externos que ha contratado (desde mi punto de vista, absolutamente imperdonable).

    Por otra parte, si quería comentaros que en Andalucía, hace como cinco o seis años, algunas consejerías pusieron en marcha un programa piloto de trabajo por incentivos (cuanto más trabajas más cobras) y curiosamente fue un fracaso, jajaja, adivinais por influencia de quien? Sí, del sindicato predominante.

    Así nos va, como no llegue alguien con voluntad para poner a la gente en su sitio, no sé hasta donde aguantaremos..

    Saludos a todos, librepensadores..

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  6. Estimados amigos,
    La tesis que propone ese nórdico me parece muy acertada. Nunca me había planteado de ese modo las cosas, las relaciones entre los políticos y los funcionarios como un mercado en que se compite por presupuesto, prestigio, etc... Soy funcionario de una universidad y lo cierto es que desde mi modestísima posición era incapaz de alcanzar tal perspectiva. Personalmente considero que la carga de trabajo entre el cuerpo de funcionarios está horriblemente distribuida e imagino que con una gestión más eficiente de los recursos humanos de la función pública se lograría una reducción significativa del gasto que supone los salarios de los funcionarios.
    Sin embargo me gustaría hacer un curioso e hipotético apunte relacionado con el post. Sospecho que esa posición de técnico público que presiona al político para incrementar su presupuesto, es ejercida cada día más por individuos cuya vinculación con la Administración Pública no es la de funcionario. En mi organismo, por ejemplo, se fichan cada vez más individuos procedentes de la empresa privada en las modalidades de contratación de personal directivo, que enmascarados bajo los títulos más rimbombantes, no sabemos muy bien a qué se dedican. Creo, a raíz de lo expuesto en este post, que dichos individuos son precisamente esos técnicos que captan presupuesto repercutiendo sobre el gasto público. Lo que quiero decir es que no creo que sea del todo acertado contemplar las relaciones entre lo público y lo privado de un modo rígidamente dialéctico (el gasto público supone una minoración de los recursos privados) porque se dan infiltraciones capilares de lo privado (aunque sea en los estilos de gestión) en toda la extensión de lo público. Es decir, viene esta gente con una experiencia y unos modos en el sector privado para acaparar recursos públicos de toda índole. No hablemos de la corrupción sistémica encostrada en la alta gestión pública que es otra forma improductiva de traspasar recursos de lo público a lo privado...
    Lo que quiero decir es que es seguro que la Administración precisaría de un ajuste hacia la austeridad a través de, entre otros caminos, una mejor gestión de los recursos humanos (esperemos que los sueldos de los funcionarios no los toquen porque ya resultan bastante raquíticos). Pero existen otros problemas sistémicos, como la corrupción o esos curiosos intercambios entre lo público y lo privado, que son, a mi entender, los que hacen aparecer a lo público como un lastre insostenible.

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  7. Por cierto,
    Excelente blog. Muy bien escrito, muy didáctico y sumamente interesante.
    Soy el funcionario de antes...

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  8. Anónimo

    Muchas gracias por tu aportación y por favor no te molestes si alguna vez generalizamos.

    La gente está algo quemada y a veces todos pecamos de exceso, sobre todo yo.

    Un saludo y bien venido!

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  9. Insignificantius, eres Flash contestando macho...
    Descuida que no me pareció una entrada molesta, únicamente quería aclarar el hecho de que los funcionarios son casi siempre chivos expiatorios en épocas de crisis, hasta el punto de que algún informativo digital publicó por ahí que en España había 300 millones de funcionarios (que hasta seguro que alguno se lo creyó, jajajaja). Pero bueno, es como lo que comentas en otro post sobre cómo han sido los contribuyentes medios (que es una forma bonita de decir paria) los que han pagado el pato del desfase (en sentido fiestero) financiero.
    Por cierto que leyendo otra entrada tuya sobre el modo en que funcionan los bancos, aquél en el que refieres el ajuste de caja, he logrado por fin entender un concepto que se había embrollado en mi cabeza cual loca madeja, el de la diferencia entre el dinero como estructura de financiación (el que crea y destruye dinero) y el dinero como masa salarial (el que manejamos el común de los mortales para sostener nuestra penosa supervivencia). Es que es un concepto que expone un filósofo al que soy muy afín y que señala la profunda diferencia de naturaleza entre uno y otro dinero y que esgrime para combatir la idea de ciertos economistas de que no existe explotación en un sistema capitalista. Con la explicitación de esta diferencia de naturaleza se pone de relieve que el trabajo no es una mercancía más, sino una que genera un determinado dinero y recibe otro de otra naturaleza a cambio. De esta forma el concepto marxista de plusvalía encuentra una forma de expresión más moderna y consigue librarse de las dudosas cuantificaciones a que había sido sometida por la ortodoxia.
    Y por eso me reitero en lo extraordinario de este blog y en lo mucho que me ha sido útil en unas pocas horas.

    El funcionario pesado (dando mal ejemplo escribiendo en horas de trabajo)

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  10. Anónimo dijo...

    Jajajaja es que tengo un trabajo bastante tranquilo que me da tiempo para hacer muchas cosas jajajaja

    Hombre, el factor trabajo es la mercancía por excelencia y hace que la familia sea el principal nucleo consumidor y productor de riqueza.

    Me alegro mucho de que te guste el blog y de pesado nada, que para eso estoy aquí.

    Saludos amigo

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  11. jajajaja,
    Qué perro, al final vas a ser funcionario también.

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