El problema básico de la Unión Europea es que, en su momento, establecieron una política monetaria única mientras que cada país mantenía su propia política fiscal. De aquellos polvos, estos lodos. ¿Pero cómo explicarlo de forma sencilla?
En la cuenca del Río Fresquito se encontraban tres pueblos: Villalta, Villalmedio y Villabaja. Cada uno obtenía su agua de sus propios pozos pues nadie tenía autoridad, por sí mismo, para explotar el agua del río.
Durante años el sistema funcionó bien, pero llegó un día en que las aguas de los pozos no daba para más. Se podía vivir con lo que se sacaba de ellos, pero no se podía plantar ni un tomate más ni construir un cuarto de baño adicional. Necesitaban más agua.
Los alcaldes de los tres pueblos se reunieron y acordaron explotar el río de forma conjunta. Cada pueblo se comprometió a no extraer más agua de la que necesitaran para no perjudicar a los demás. De ese modo, comenzaron a compartir el río.
Al principio todo iba bien, las huertas de las tres localidades crecían y sus ciudadanos vivían con gran prosperidad. Durante los años lluviosos, todo eran alegrías y parabienes, hasta que llegó la seguía.
El nivel del agua del río descendió alarmantemente y los tres alcaldes tuvieron que volver a reunirse de urgencia. Como todos juraban y perjuraban que habían hecho las cosas bien, al final decidieron darse un paseo por las instalaciones de extracción de agua de cada uno de ellos.
Tras varios estudios, descubrieron que los vecinos de Villalta consumían la misma cantidad de agua que los demás, pero como sus cañerías de abastecimiento eran defectuosas, debían sacar más agua del río que el resto para proporcionar el mismo abastecimiento. Los alcaldes de Villalmedio y Villabaja de supieron de acuerdo para exigir a Villalta que arreglase sus conducciones, en caso contrario, le echarían de la Mancomunidad del Río Fresquito.
Ahora, los ciudadanos que antes disfrutaron de la prosperidad se ven obligados a apretarse el cinturón. Los políticos que no supieron ver el problema, continúan prometiendo soluciones, pero los que pasan sed no son ellos, a pesar de que no tienen ni idea de como arreglar las cosas y todo lo que se les ocurre es dar agua a una empresa (dinero al FMI) para que la reparta por los pueblos (países de la UE) y enmascare su incompetencia. La cuestión es: ¿a este ritmo de consumo, hay agua para todos?
Durante los años de bonanza, el dinero fluía sin parar por todos los países de forma que había para todos. Sin embargo, cuando la bonanza acabó se pusieron de manifiesto los problemas europeos: no se puede tener una política monetaria común si los países que forman parte de ella no tienen economías similares.
Fuente: mundovisual.blogia.com
Pues sí, más o menos es como lo cuentas. Muchos países se integraron en la moneda única a la ligera sin meditar porqué otros de la UE no lo hacían (Inglaterra, Suecia, Dinamarca, etc).
ResponderEliminarSiempre digo que la soberanía de un país es su moneda. Si entras en una moneda, has de perder tu soberanía o será un fracaso.
Es parecido a lo de las Autonomías en España. Todas tienen capacidad legislativa y capacidad de decisión de gasto, pero no tienen moneda propia: ergo es un fracaso.
Sin moneda propia, no puede haber autonomía ni soberanía. No se puede tener las dos cosas porque son contrarias. Las decisiones políticas de un país repercuten directamente sobre su moneda. Un país es su moneda en última instancia. Luego debió hacerse una Zona Euro Federal. No se hizo y lo que pasó fue el despelote. Los PIGS son los más corruptos e incompetentes y ningún poder había supranacional para meter mano a esa corrupción e incompetencia.
Pues yo sigo en mis trece: el problema es mundial, por mucho que comience en alguna esquina del orbe. Se han creado infraestructuras insostenibles, se han exprimido los recursos a lo bestia y se han desarrollado tecnologías y chorradas de forma demencial, sin pararnos a pensar en los inconvenientes y perjuicios a largo plazo, en una desesperada huida por delante. Y por mucho que Inglaterra, Suecia o Dinamarca no hayan entrado en el euro, les llegará el problema inmediatamente después que a los integrantes, lo mismo que les llegará a los americanos, chinos, japoneses, africanos y australianos. Porque seguimos insistiendo en recuperar el sistema, que es precisamente el que nos está ahogando. Adelante, sigamos suicidándonos como especie con la práctica del pan para hoy y hambre para mañana, y el que venga detrás que arree. Creo que estamos más cerca de lo que pensamos de comprobar cómo los acorralados contra las cuerdas mueren matando. Y lo peor es que eso es precisamente lo que buscan los que organizan todo esto.
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