En mi casa siempre hemos sido muy aficionados a la historia, en general, y a la historia de la Segunda Guerra Mundial, en particular.
Recuerdo que, de pequeño, me llamaba la atención el hecho de que un loco como Hitler hubiera podido llegar al poder y de que la gente le hubiera votado. No podía comprender cómo un monstruo así había conseguido mandar en un país tan civilizado, a todas luces, como era Alemania.
Sin embargo, ahora entiendo perfectamente el auge de la ultraderecha en Francia y Holanda. Un auge propiciado por el descontento feroz de las clases obreras, no olvidemos que el partido de Hitler era de izquierdas (Nacional Socialista), con los dirigentes escasos de ideas y sobrados de egocentrismo que pueblan Europa.
La política europea se ha convertido en un nido para que medren los incompetentes. Gentes que sólo conocen dos vías para arreglarlo todo: subir impuestos y eliminar derechos de los que, irónicamente, les votan.
Me da miedo pensar que tenga que ser un nuevo Hitler el que tenga que traer orden a una sociedad hastiada de ver cómo el “haz lo que yo diga pero no lo que yo haga” abandera los discursos y las obras de los políticos de varios países de la antiguamente poderosa Europa.
El estado del bienestar muere por la acción de los políticos y la omisión de sus votantes mientras que las opiniones de la masa se radicalizan contra aquellos a los que ni se miraba cuando todo iba bien, fundamentalmente funcionarios e inmigrantes que, ahora, centran los focos de los partidos políticos en un intento de ocultar, al menos un día más, su propia estulticia.
No digo que no me parezca bien que se limiten ciertas cosas a inmigrantes, sobre todo ilegales o que no cotizan. Estoy de acuerdo con muchos puntos la reforma sanitaria, no así con la reforma educativa que, aunque tiene aspectos interesantes, me da la sensación que busca embrutecer aún más a la población de forma que su capacidad de criterio se vea minorada.
Así, mientras la universidad se hace cada vez menos accesible, la prole de la nobleza del neofeudalismo se forma en ambientes elitistas donde se fraguan los futuros favores.
Por suerte, aunque falte el pan, este verano habrá circo y al calor de la eurocopa muchos olvidaran sus problemas y, con suerte, podrán salir a la calle a festejar que unos cuantos millonarios lo son un poquito más… sobre todo porque seguro que no tributarán aquí las primas ganadas.
País... que diría el insigne Forges
Efectivamente, Hitler, en contra de lo que muchos piensan, era de izquierdas. Mussolini, se escindió del Partido Socialista y creo el Fascio en los años 20 logrando el poder. Y el entonces joven Hitler se hizo admirador suyo y se hizo con el control del Partido Nacional Socialista de los Trabajadores Alemanes.
ResponderEliminarEn realidad, el comunismo, el fascismo y el nacionalsocialismo, cuyos militantes eran todos "camaradas" y "compañeros, fueron escisiones del socialismo, intentando adoptar la "revolución" a la realidad de cada país.
En 1939 firmaron un pacto entre la URSS y Hitler para repartirse Europa. Todo quedaba repartido y clarificado. Gracias a eso se lanzó Hitler sobre Polonia y después sobre Francia, con el petróleo ruso. Los trenes rusos no paraban tranportando petróleo hacia Alemania. Incluso llevaban dobles ruedas, para poder pasar de las vías más anchas rusas a las más estrechas alemanas sin tener que detenerse ni transvasar la carga.
Después Hitler enloqueció del todo y se revolvió contra su socio, al ver que Stalin la cagaba en la ocupación de Finlandia y creyéndole presa fácil. Pero necesitaba ocupar los pozos petrolíferos rusos antes de que acabara el invierno y no lo logró. La falta de petróleo derrotó a Alemania. Un tercio de lo que usó en la guerra fue gasolina sintética, hidrogenando carbón, algo muy caro. Pero no fue suficiente para sostener el esfuerzo de guerra. Aparte de que sus locuras de eliminar población no gustaban en gran parte del Ejército alemán. Muchos generales, como Rommel, le torpedeaban desde dentro. Gracias a eso se pudo desembarcar en Normandía sin acabar en catástrofe, porque era disparatado.
Me enrollo. Esperemos que no haya un nuevo Hitler, ni un nuevo Stalin, ni un nuevo Mussolini. Eran otros tiempos, cuando los mercados se defendían a cañonazos. Mira, si Hitler hubiera sido más listo, no hubiera tenido que pegar ni un tiro. Con su volswagen escarabajo diseñado en comandita con Porche, hubiera copado el mercado del automóvil mundial. Y detrás del escarabajo, hubieran ido multitud de productos alemanes. Pero no había esa mentalidad. De hecho, anexionó Austria porque allí se conducía por la izquierda, como en Inglaterra, con lo que la mayoría de los coches usados en Austria eran ingleses. Al día siguiente de ocuparla, se empezó a circular por la derecha y a venderse coches alemanes. Era la mentalidad.
Donde Hitler fracaso, triunfa Merkel. Primero acabará con occidente vendiendoles maquinas a las fabricas chinas para acabar con la produccion industrial de Europa y Estados Unidos, redondea el negocio vendiendoles coches de alta gama a los nuevos ricos chinos.
ResponderEliminarCuando todo este arruinado solo tendra que cerrar el grifo chino e implantarse en todo occidente.
EEUU es el único país libre de fascismo, comunismo y demas ideologias totalitarias y liberticidas.
ResponderEliminarEn gran parte de Europa abunda la mentalidad de borrego, por eso Hitler y Stalin tuvieron tanto exito.
MJ
Estados Unidos es el seguimiento de roma,egipto....etc etc es decir una mierda enorme de pais
Eliminarademás de ser el único país que tiene campos de concentración y que sale públicamente en tu querida tv
EliminarMJ. No estoy de acuerdo, Estados Unidos en sí mismo es una idea totalitaria. Con su política internacional belicista, y sus servicios de inteligencia y demás mercenarios, causantes de actos terroristas y guerras alrededor del mundo.
ResponderEliminarDime una sola década (desde 1940, por ejemplo) en la que no se haya visto involucrado en algún conflicto armado(no defensivo).
Épocas tan duras como la que estamos viviendo, son germen para las ideologías extremistas, sean del signo político que sean.
F. Álvarez