jueves, 4 de julio de 2013

Un mundo cuántico



A veces viene a mi memoria la historia del gato de Schrodinger, un gato que estaba metido en una caja y que, por tanto, estaba vivo y muerto a la vez. Sólo se podía saber con certeza su estado abriendo la caja.

El mundo de hoy es así. Rico y pobre. Con obesos y desnutridos. Con organismos que nos alientan a consumir y gobiernos que nos imponen la austeridad. Con empresas que envían correos pavoneándose de cuánto más han ganado este año, pero que luego se escudan en la crisis para no subir los sueldos.

El mundo se encuentra en un círculo caótico, hemos pasado de una sinfonía de Mozart, perfectamente orquestada, a un tema de jazz donde la improvisación es la que manda.

Se improvisa para llegar a mañana, como en Portugal o Grecia, pero claro, mañana siempre llega aunque hoy creamos que no…

6 comentarios:

  1. En este mundo nadie imporvisa, amigo mío. Estamos en la clásica ley del más fuerte. El come o te comen. El si és débil, sácale las tripas...

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  2. Lo malo es que muchas empresas no ganan todo lo que dicen. Un gran número de ellas se endeudaron alegremente en la época de los créditos abundantes y baratos para inversiones inadecuadas y poco productivas. O para que se lo llevaran crudo algunos vivales directivos y sus amigotes políticos. La zona Euro es una pura deuda privada y pública. Somos los grandes empufados. Un desastre.

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  3. El mundo nunca ha sido una sinfonía de Mozart perfectamente orquestada. Ha sido una colección de orquestas tocando cada una en una sala, y cada una su partitura. La globalización las ha juntado en el mismo auditorio, pero sigue cada orquesta con su partitura. Los alemanes interpretan la Quinta Sinfonía de Beethoven, los austríacos la Cuarenta de Mozart, los italianos Las Cuatro Estaciones de Vivaldi, los rusos la Sinfonía nº 1 de Rachmaninov, y los españoles la Suite Española Opus 47, de Albéniz, pero eso sí, mientras unos tocan Granada, otros tocan Cataluña, Asturias o Aragón.

    Y seguimos haciendo cola para sacar las entradas cada cuatro años, sólo por decir que hemos estado en un concierto. Se ve que nos gusta aparentar, y nos encanta el morbo y el ruido.

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    Respuestas
    1. Da gusto encontrar comentarios tan inteligentes y hermosos...

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    2. Coincido, es de lo mejor que he leído del amigo Fractalio... por mucho que lo anterior fuera bueno, ojo

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    3. ¡Qué majos sois! Brindo por vosotros. “Libiamo ne'lieti calici”, junto con Verdi.

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