viernes, 25 de noviembre de 2011

Esos malditos mercados

Con frecuencia, oímos a la gente quejarse de que nos gobiernen los mercados. ¿Pero quiénes son esas manos que guían la economía y controlan nuestra existencia?

Baldomero Cascajo, de los Cascajo de Villadonoso del Tomillar, emigró hace treinta años a la gran ciudad. En su pueblo ya había dos ferreterías y se hacía difícil cumplir su sueño de tener su propia tienda de herramientas.

Tras años de duro trabajo, Baldomero consiguió hacerse un hueco en el mundo del comercio al por menor y se convirtió en el ferretero de su barrio. La vida le sonreía, se dedicaba a lo que le gustaba, ayudar a la gente en sus reparaciones aconsejándoles la herramienta adecuada. Y, además, ganaba dinero con ello.

El negocio iba tan bien, que un buen día el Señor Paco, amigo de Baldomero y director de la sucursal de la Caja Dezapatos, le comentó a éste durante el desayuno que debería sacar algo de jugo al dinero que estaba ganando. Precisamente, su Caja tenía un fondo de inversión garantizado al 7%. “Un negocio redondo”, le dijo el Señor Paco a Baldomero.

Al ferretero le gustó la idea de ganar un poco de dinerito extra, total el fondo estaba garantizado. De buena gana invirtió en el fondo y se olvidó del tema. Este fondo, invertía un 30% del capital en deuda de los países, un 10% en oro y un 60% en renta variable (bolsa).

Como el fondo estaba garantizado, sus gestores sabían que no podían tener pérdida alguna, de forma que al primer síntoma de peligro, se llevaban el dinero a otra parte. Eso fue lo que hicieron cuando la prima de riesgo española superó los 500 puntos y cuando el Ibex cayó un 3% poco tiempo después. Debían lograr la rentabilidad del 7% que anunciaban.

Mientras tanto, en la ciudad, Baldomero charlaba con uno de sus clientes. El gobierno anunciaba una serie de medidas para intentar calmar a los mercados. Los dos hombres estaban de acuerdo en que parte de la culpa de la crisis era de los especuladores y los mercados. Coincidían en que ya les gustaría ponerles la mano encima a esos “peces gordos” que se lucraban destruyendo a los países.

Meses después, Baldomero recibió su 7% de beneficio y se felicitó por haber invertido tan bien su dinero.


Los mayores inversores, de lejos, son los institucionales. Grandes sociedades que gestionan fondos de inversión o de pensiones. No os digo que no tengan nada que ver con lo que está pasando, pero tampoco se les puede culpar de todo sin conocimiento de causa.



Fuente: bienvenidosalatierra.com

Sihaycrisis en Twitter: @Insignificantiu

Pd:  hoy han salido dos artículos por el precio de uno, el siguiente lo tenéis a continuación

1 comentario:

  1. Podría decirse que no preguntes quien son los mercados porque los mercados eres tú. Todos somos los mercados. Hasta los que no invierten nada ni en fondos, ni en bonos ni en nada. Unos porque invierten y otros porque no lo hacen, bien porque no quieren o porque no pueden ahorrar para hacerlo, todos son el mercado. La mayoría queremos lo mejor y más barato posible.

    Ojalá el "mercado" fuera alguien como el chiste o unos pocos. Por malvados que fueran, podría intentar pactarse con ellos o intentar engañarles. Pero al ser todos el mercado, no hay con quien dialogar. España, como otros países, ha entrado en el terreno comanche de la desconfianza y millones de ahorradores quieren deshacerse de la deuda española o si compran, quieren más interés por el riesgo. Y así va a seguir salvo que salgamos del terreno comanche y para ello hace falta empezar a emitir menos deuda.

    De tanto endeudarnos, hemos acabado siendo pufistas y necesitamos emitir deuda para pagar deudas anteriores, en una pirámide alocada. Y una vez que necesitas emitir deuda para sobrevivir en los gastos corrientes, estás listo de papeles salvo que descubras una montaña de oro o un lago de petróleo bajo los pies.

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