lunes, 30 de enero de 2012

Crisis mundial: el mercado de Villapueblo

El mercado de Villapueblo abastecía de todo tipo de alimentos a la localidad. Su funcionamiento era simple y eficiente.

Cada mañana el veterinario recorría uno por uno los puestos de los tenderos y ponía una pegatina, verde o amarilla, en función de la frescura de sus productos. De este modo, los clientes sabían quién tenía el mejor género. Además, con este sistema, los comerciantes se esforzaban por tenerlo todo de la mejor calidad.

El sistema funcionó bien hasta que un pescadero, cansado de pegatinas amarillas, decidió "sobornar" al veterinario para que le diera pegatinas verdes.

A partir de ahí todo cambió. El veterinario cobraba más cuantas más pegatinas verdes ponía. Los comerciantes vendían mucho, los buenos y los "malos". Los únicos que salían perdiendo eran los clientes, que compraban productos supuestamente frescos y que, sin embargo, no lo eran.

El problema llegó cuando se produjo una intoxicación alimentaria. Desde ese momento, la voz se corrió y ya nadie se fiaba de las pegatinas verdes. Los clientes cada vez iban a comprar menos al mercado y, los comerciantes buenos y malos, comenzaron a quebrar. Por supuesto, el veterinario perdió bastante credibilidad, eso sí, no acabó en el juzgado que es lo que debería haber pasado.

Ahora os propongo un juego, unid cada personaje de la historia con uno de la realidad.

Veterinario    Bancos
Pescaderos    Agencias de calificacion
Carniceros     Inversores (privados y públicos)
Clientes         Estados

Los puñetero es que el alcalde del pueblo dice que esto se arregla, con un esfuerzo de los de siempre, pero se arregla. Sin embargo, llevamos años "arreglándolo" y cada vez el roto es mayor...

3 comentarios:

  1. Más o menos entiendo lo que quieres decir. Hablas en realidad de la corrupción del sistema. Pero en el símil no sé si no sería el veterinario el asimilado a las Agencias de Calificación, puesto que es el que pone los papeles de colores.

    ResponderEliminar
  2. Si que lo es Bucan, los he puesto desordenados a propósito...

    ResponderEliminar
  3. La historia no se corresponde exactamente con la realidad. Porque a partir del soborno, los comerciantes buenos perdieron a los clientes que se desviaron hacia los comerciantes malos, y tuvieron que ahorrar costes bajando la calidad si querían seguir con el puesto abierto.

    Es imposible competir con un tramposo sin hacer trampas. Esa es la desgracia de un sistema corrupto. A partir de ahí, es un pulso en el que el éxito es directamente proporcional a la falta de escrúpulos. Y ésta, normalmente es premiada con acumulaciones salvajes de capital y el reconocimiento universal.

    ResponderEliminar

Twitter Bird Gadget