Como lo habituales de este blog sabréis, desde siempre he defendido la tesis de que esta crisis es igual o incluso peor que la gran depresión de 1929. Uno de los motivos que hace que esta sea peor es que las soluciones que se aplicaron entonces no son una alternativa hoy día.
Personalmente creo que hubo dos factores determinantes a la hora de superar aquella crisis: la Segunda Guerra Mundial y un incremento sin precedentes en el gasto público. Hoy por hoy, la primera espero que no sea una opción y, la segunda, sé que no lo es.
Lord Keynes se hizo famoso por decir que los que se debía hacer es pagar a los parados para que cavaran hoyos para que los taparan otros parados, es decir, que el estado debía gastar para reactivar la economía. Cada dólar que el estado gastaba hacía que el que lo percibía, gastara una parte de ese dinero a su vez, esto generaría una cadena de gasto que multiplicaría el valor del dinero inicialmente gastado. A esto se le llamó el multiplicador del gasto.
El problema actualmente es que eso ya no es viable. Los estados ya están super-endeudados como resultado de 60 años de política keynesiana. Ahora los gobiernos ocupan más del 40% del PIB y claro, la cosa está desbordada.
Lo que el amigo Keynes no tuvo en cuenta es que cada dólar gastado por el gobierno debía ser recaudado previamente (o a posteriori usando deuda pública). Hoy sabemos que el gasto estatal es menos eficiente que el gasto privado, de modo que la pérdida que supone centrarse en el gasto público como motor de la economía es mayor que estimular la economía privada.
Las soluciones de Keynes sirvieron en su momento y en su lugar, pero hoy han sido superadas. Sin embargo, los gobiernos intentan una y otra vez volver a ponerlas en marcha, como un fútil intento de arrancar un motor gripado por la falta de aceite (dinero) que lubrique sus engranajes.
¿Por qué hacen esto? Porque, sencillamente, no conocen otra cosa. Tal vez lo que necesitamos es otro “Keynes” que nos marque la senda a seguir… llámese Keynes o llámese sentido común.
Lo que hace falta es sentido común, pero con contenido, no sólo de nombre. Lo que Keynes propuso en su día es la máquina del movimiento continuo hecha con trampas, lo que siempre he llamado sacar de donde no hay, y huir por delante. Durante un tiempo fue posible porque se hacía a costa de otros que ni se enteraban, pero eso, se acabó.
ResponderEliminarY el sentido común, a mí me dice que la única salida que tiene la humanidad pasa por hacer lo contrario a lo que las grandes mafias dominantes quieren que hagamos para seguir absorbiendo pasta. O sea, que la senda a seguir para por:
- Decrecimiento de la producción y del consumo.
- Localización de la producción en función del consumo.
- Destrucción del trabajo inútil, y reparto del trabajo necesario.
Porque para acceder a la senda correcta, primero hay que andar marcha atrás. Hace muchos años que afirmo que es la única senda posible, y apostaría cualquier cosa a que si la especie humana sigue habitando el planeta dentro de un tiempo sin pasar cada pocos años por guerras exterminadoras, será porque transita por dicha senda.
Lamentable es decirlo, pero la solución es un estado economicamente fascista. Otra de las soluciones que se aplicó tras la Gran Depresión y tuvo un gran éxito en Alemania, Italia y Japón. Paises que curiosamente luego se vieron envueltos en una guerra que perdieron.
ResponderEliminarTambién hay que decir que desconozco el funcionamiento economico de un estado fascista, y si este es aplicable sin necesidad de la represión politica y la guerra. Pero hay que constatar que economicamente el fascimo funcionó. Y está funcionando con éxito en China.
Aquí queda la polémica
El mundo es muy diferente a la época de Keynes. Para empezar está globalizado por Internet mientras que entonces los mercados estaban controlados por las potencias y se defendían a cañonazos. El dinero público inyectado se gastaba en cada país y ahora se gasta en productos chinos o de otros mercados emergentes.
ResponderEliminarEstados Unidos es un monstruo económico y tecnológico, produce el 25% del PIB mundial pero aún así ha consumido más de lo que ha producido vía endeudamiento. De hecho, su consumo era un motor económico para otros países. Ese modelo está agotado. Sigue imprimiendo dólares para mantener el sistema pero eso tiene un límite.
Los países emergentes se han incorporado al proceso productivo de bienes de consumo (gracias en gran parte a las empresas norteamericanas que producen otro 25% del PIB de EE.UU. en países extranjeros donde generan empleos) y eso no tiene vuelta atrás. Y la gente y empresas compran productos por Internet sean de donde sean.
La competencia es brutal y la tecnología, decisiva. Basta ver a la Sur Coreana Samsung que se ha cepillado a varias fábricas de televisores como ejemplo.
Bueno yo sólo puedo deciros que echeis un ojo a mi blog donde el tema 1929/2008 es estrella. Ahí os explico mis impresiones en sendos capítulos que, con paciencia, acabarán en libro. Este es el primero...
ResponderEliminarhttp://elartilleroilustrado.blogspot.com.es/2013/03/crack-1929-vs-crisis-2008-i.html
Yo en mi investigación he visto muuuchas conexiones y parecidos pero también importantes diferencias como por ejemplo:
-El mundo de 1929 era heredero del siglo XIX, existían un grupo de países líderes mundiales que tenían un rosario de colonias a su cargo. En el mundo actual estas no existen, de hecho muchas se han hecho "países emergentes" que tratan de tú a tú a los anteriores líderes.
-En 1929 los países líderes también eran las cabezas financieras del mundo. Actualmente existen mecanismos que desvirtúan ese sistema como son los llamados "paraísos fiscales".
-El mundo de 1929 arrastraba las consecuencias recientes de una mala paz firmada a penas diez años antes fuente de rencores y disputas.
-Etc...
Jajajaja deberias haber hecho clic en el enlace, Artillero...
EliminarSe me fué la pinza XDD, a ver si la gente se anima más, pues cuando más investigo, más apasionante es el tema...
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