Tomemos una familia como ejemplo. En casa entra un dinero X
(descontado impuestos directos como IRPF). Ese dinero X puede dividirse en dos
partidas: consumo de subsistencia y resto. Dentro del consumo de subsistencia
podríamos englobar el alquiler o la hipoteca, la comida y los gastos más
básicos: luz y agua (y la calefacción en Siberia).
El resto de la renta lo podríamos denominar excedente
mensual. Ese excedente mensual puede emplearse de varias formas: ir al cine,
comprar un coche, beber Vega Sicilia en lugar de Don Simón, ahorrar para las
vacaciones, etc… Este excedente también puede ahorrarse, se deja guardadito en
el banco y éste lo utiliza para préstamos.
En una situación de crisis, el equilibrio se altera.
La renta de subsistencia se reduce, en el sentido de que el
monto global que se gasta se intenta minorar. Se compra cola-paquito en lugar
de marcas más famosas (eso si se compra cola-paquito), se está atento a no
dejar las luces encendidas, y se pasa uno a las marcas blancas en la medida de
lo posible. Se mueve menos el coche, etc…
El excedente también altera su destino. En una crisis como
esta, es frecuente que se piense uno si es mejor ir de vacaciones al pueblo en
lugar de al Caribe. También puede darse el caso de que miembros de la familia
que ya se habían independizado vuelvan a casa (aumentando el monto del consumo
de subsistencia y reduciendo el excedente), etc…
Y si además los políticos son voraces e inoperantes…
Suben los impuestos directos, de modo que la renta
disponible (consumo de subsistencia + excedente) es menor desde el principio.
Las familias de clase media (los pobres no tienen para pagar y a los ricos no
hay forma de engancharlos) contraen más el gasto aún por una cosita llamada
expectativas no en vano, uno no se compra un coche pensando en cuanto gana,
sino en cuánto ganara los próximos tres años.
Por tanto, señor ministro, es lógico que una subida tan
brutal de impuestos no produzca los efectos deseados (aumento de recaudación),
máxime cuando la gente está convencida de que, con los políticos que tenemos,
todo irá a peor y de que, puestos a que se gasten el dinero en lo que se lo
gastan, mejor que no lo recauden (aumentando la economía sumergida).
No es tan difícil señor ministro, otra cosa muy diferente, es que les importe un pepino.
Pd: primer presupuesto de Montoro 199.000 millones de euros
en gasto público. Último presupuesto de Montoro, 217.000 millones de euros en
gasto público. Sé donde está nuestro esfuerzo, ¿y el suyo?
Las cuentas que tu haces son de sentido común. Pero aquí todo el país está al servicio de la maquinaria política. Suben impuestos porque la otra opción es recortar miles de cargos políticos y enchufados. Y no van a despedir a los suyos.
ResponderEliminarLas Autonomías no han dejado de endeudarse desde 1995 año tras año. Son máquinas de dilapidar. Basta ver que sus funcionarios y sus policías cobran más que los estatales, lo que ya es un despropósito de por sí, hecho para demostrar que ellas son así de chulas.
No hay por qué preocuparse. El gobierno nos pide paciencia y fe ciega en sus actuaciones; vamos que se está convirtiendo en una religión prácticamente, donde hay que creer sin ver (resultados) y sin que te aseguren el paraiso eterno. No es posible que sigamos sin echarlos a patadas del país.
ResponderEliminarTeneis razón. Dentro de poco ir a misa se hará obligatorio para echarle unas moneditas a la Virgen Milagrosa Merkel y a sus santos Rajoy y Montoro.
ResponderEliminarUna cosa es que sea sencillo llevar unas cuentas con sentido común, y otra es que te dejen. Y es bastante evidente también que por muy inteligente que a priori sea un político, inmediatamente que es designado para el cargo que sea, tiene dos opciones, aparcar su inteligencia o marcharse. Y también es verdad que una persona que aparca su inteligencia por mandato ajeno, demuestra que realmente no lo era. Hay muchas inteligencias aparentes, y muchas personas que teniendo cualidades, no las han sabido o no han querido desarrollarlas al servicio del sentido común, sino al servicio del mamoneo. Lo malo es que son éstas las que destacan y son puestas en el candelero por los malditos medios de comunicación como ejemplo de éxito, emprendimiento, proactividad e innovación. Los padres del pan para hoy y el hambre para mañana.
ResponderEliminar