lunes, 8 de abril de 2013

La inflación: enemigo, aliado o todo lo contrario


Podríamos definir la inflación como el incremento que se da en los precios en un periodo determinado de tiempo. Un primer análisis podría indicar que se trata de algo malo, pues hace que el dinero que hay en nuestros bolsillos valga menos. Sin embargo, en economía todo depende.

Como hemos comentado, la inflación puede ser mala, pero esta cuestión puede enfocarse desde otro punto de vista. Cuanto mayores sean los precios, más ganará el empresario o fabricante, de modo que querrá producir más y contratará más gente o comprará más maquinaria para aumentar su producción. Esto hará que la economía mejore.

Desde esta óptica, podría concluirse que la inflación es buena, pero claro, inflaciones hay muchas y de muchos tipos. Puede darse inflación porque la gente compre mucho y esto provoque que los precios suban (inflación de demanda) o bien puede que los precios suban porque la electricidad usada para la fabricación o las materias primas empleadas suban de precio (inflación de costes). En este caso el precio aumenta pero no es bueno para el empresario.

También tenemos la inflación encubierta, más conocida como señoreaje. El señoreaje es la capacidad que tienen los gobiernos de imprimir dinero. Cuanto más dinero imprime un gobierno, menos vale el que tienen sus ciudadanos en el bolsillo. Esto provoca una inflación en los precios que tampoco beneficia a nadie.

Al final, la economía es una máquina compleja en la que el mismo botón puede provocar diferentes efectos al ser tocado. Se trata de un caos ordenado compuesto por los comportamientos de millones de individuos con una cierta dosis de libre albedrío.

Los economistas tratan de inferir estructura a este caos pero claro, en un mundo tan dinámico lo de ayer ya pasó y lo de mañana aún está por llegar.

3 comentarios:

  1. Efectivamente, la inflación por costes y la provocada por la impresión de dinero, son fatales.

    Por otra parte, la economía no es que sea un caos. Lo que pasa es que no es tan intuitiva como muchos piensan. Lo que suena bien, por ejemplo, suele ser desastroso en términos económicos.

    Y las masas suelen afiliarse a lo que suena bien y los políticos, mayormente indocumentados en economía y tecnología, repiten lo que esas masas quieren escuchar y luego pasa lo que pasa.

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  2. Eso me recuerda a las políticas de congelación salarial que hubo durante la "buena" época de la burbuja inmobiliaria. Los sueldos netos de los trabajadores realmente NO subieron especialmente en esa época de "bonanza" porque el gobierno temía que hubiese inflación. ¿De que inflación estaban hablando? ¿de la de sus bolsillos? La no subida de los salarios pero el precio disparado de la vivienda provocó que fuese necesario un aumento del crédito (hipotecas a 40, 45 y 50 años)... El resto ya lo sabemos.

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  3. Insignificantius, dices que cuanto mayores sean los precios, más ganará el empresario o fabricante, de modo que querrá producir más y contratará más gente o comprará más maquinaria para aumentar su producción, y eso hará que la economía mejore. Y yo me pregunto: ¿no será más bien que cuanto mayores sean los precios, menos venderá el fabricante, o que lo que se le compra a ese fabricante se deja de comprar a otros? La realidad demuestra que el ciclo económico no es precisamente una cinta sin fin. Si fuera así, no habría inflación, no tendría sentido. Y si hay inflación es porque al final “alguien” se está quedando con la pasta inflacionada. No retorna al circuito. La pregunta es: ¿dónde está esa pasta? Como mucho puedo intuir que es la que se utiliza para “prestar” a los mercados y a los consumidores para que sigan aumentando su deuda hasta el infinito, y vuelta la burra al trigo en un bucle demencial de especulación interminable que acabará con todo. Si no es así, no alcanzo a entender dónde está y para qué es o será utilizada esa ingente cantidad de dinero creciente en progresión geométrica.

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