jueves, 2 de febrero de 2012

Austeridad de la buena

Hay gente que me pregunta cómo es posible que la austeridad de los gobiernos nos lleve a la recesión. Otros, se lo han aprendido como un mantra matemático: austeridad=solución y punto.

Os propongo una cosa: buscad las diferencias entre las "austeridades" que os presento:

El alcalde de Villarriba se reune con el pleno municial y comienza a leer su discurso: "queridos compañeros, vivimos una crisis atroz. Según los cálculos del señor Povedilla, el tesorero, debemos recortar gastos. Propongo, por tanto, reducir el número de barrenderos a la mitad, apagar las farolas después de las diez de la noche, despedir a los profesores interinos de los colegios y cerrar uno de los dos consultorios médicos del pueblo. Además, para compensar el déficit mientras nosotros seguimos trincando a manos llenas, subiremos los impuestos"

El alcalde de Villabajo se reune con el pleno municial y comienza a leer su discurso: "queridos compañeros, vivimos una crisis atroz. Según los cálculos del señor Gutierrez, el tesorero, debemos recortar gastos. Propongo, por tanto, eliminar los coches oficiales, cerrar la embajada de Villabajo en Villarriba, aunque mi esposa se quede en el paro, y acabar con las subenciones a los estudios para la reproducción del congreso autóctono. Fue bonito mientras duró, pero ya se ha acabado."

En uno de los dos sitios, al despedir a "casi-funcionarios" hará que estos consuman menos aún. Además, la calidad de la educación y la sanidad se deteriorarán y, con ellas, la calidad de vida. Por si eso fuera poco, la ciudadanía cada vez está más enfadada, mientras a ellos les suben todo lo subible, el alcalde sigue paseándose en su coche de lujo a costa del ayuntamiento.

En el otro, la eliminación de ciertas cosas permitirá rebajar la presión fiscal a los ciudadanos. Estos, al tener más dinero disponible, podrán darse algunos caprichos, mejorando el estado de ánimo general. Además, la bajada de impuestos propicia que se creen nuevas empresas que, a la larga, traen más trabajo y riqueza.

¿En qué pueblo creéis que vivís?

4 comentarios:

  1. A ver dejame que piense:

    El de abajo en España no existe, así que tiene que ser en el de arriba.

    Un saludo

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  2. Por supuesto Villarriba. Mientras nos estrangulan a impuestos ellos siguen chupando de la teta del ciudadano de abajo.

    Flypy

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  3. Es evidente que vivimos en Villarriba, donde la austeridad se interpreta mal. Hay que empezar a recortar por lo superfluo de forma contundente. Entre otras cosas, porque da ejemplo a todos. No es creíble que se esté luchando contra la crisis y se gaste dinero en embajadas y televisiones autonómicas, inmersiones lingüísticas, cochazos oficiales o nombramientos de miles de cargos políticos con sus parafernalias adjuntas.

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  4. Pues sí, vivimos en Villarriba, evidentemente. Pero convendría no olvidar una cosa: que Villarriba proviene de Villabajo. Sus vecinos, al verse con dinerito fresco porque el banco les financiaba los escandalosos precios de sus viviendas, se lo pulían en caprichitos. Los avispados, al ver la demanda de éstos, se dieron buena prisa en crear empresas para forrarse alrededor de esos caprichitos. Cuando hubo un exceso de empresas, empezaron a cerrar unas, a fusionarse otras, y a venderse otras a los grupos formados por las que se habían fusionado antes. Total, que estos grupos fueron retirando las ganancias a los paraísos fiscales, y comenzaron a “innovar”, para vender nuevos caprichitos, pues de los anteriores ya habían saturado el mercado. Y los vecinos de Villabajo siguieron adquiriéndolos, más que nada para darles en las narices a sus vecinos. Así hasta que les empezó a faltar el trabajo, porque los grandes grupos trasladaban su fabricación a países más “rentables”, y de repente se encontraron con que no podían pagar esas hipotecas que les facilitaron los bancos (que a su vez habían financiado la formación de esos grandes grupos) para pagar ocho veces más de lo que hubieran costado sus viviendas si no hubieran pagado los precios impuestos por los mafiosos que se aprovechaban de que Villabajo era Hollywood y sus vecinos tragaban porque mientras tenían dinerito fresco para los caprichitos.

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