jueves, 28 de febrero de 2013

Los nombres del abismo


Se que es un título un tanto novelesco, pero si lo pensáis bien, puesto que hoy vamos a hablar sobre desempleo, creo que está completamente justificado. Existen varios tipos de desempleo dependiendo se las características de éste. Lógicamente, ningún desempleo es bueno, pero puede ser peor que el anterior conforme pasa de una categoría a otra.

Los tipos de desempleo son friccional, estacional, cíclico y estructural. Veámoslos con un ejemplo si os parece.

La Villa de Macondo era un pueblecito bastante típico. La gente, mal que bien, se iba ganando la vida. De vez en cuando, alguien dejaba su empleo para buscar algo mejor. Entre que lo encontraba y empezaba a trabajar, pasaba un tiempo relativamente corto.

Esto es desempleo friccional.

Algunos de los trabajadores del pueblo vivían de la recogida de aceitunas en invierno y de la de fresas en verano. El resto del año no solían encontrar otros trabajos de modo que, entre la recogida de unas y de otras, solían estar desempleados. O lo que es lo mismo, trabajan dependiendo de la estación en la que se encontraban.

Esto es desempleo estacional.

Con la entrada del país al que pertenecía Macondo en la Unión Europea, se vivió un ciclo expansivo de la economía. Desde Bruselas llegaban muchas subvenciones para todo y la gente comenzó a trabajar de forma masiva. Se construyeron nuevas casas, se abrieron nuevos negocios y se contrató a todo el mundo que estaba en edad de trabajar. El dinero fluía y la economía crecía sin parar. Con el tiempo, el crecimiento se agotó y, con él, el cliclo de prosperidad. Mucha gente perdió su trabajo y quedó en el paro.

Esto es desempleo cíclico.

Muchos de los que habían quedado parados eran jóvenes en edad de estudiar. Para intentar encontrar empleo, volvieron a los libros y, como alguien había dicho que los ordenadores eran el futuro, empezaron a estudiar todos lo mismo: informática. Sin embargo, Macondo era un pueblecito pequeño en el que apenas había ordenadores, todo se hacía como antes y, por tanto, cuando los jóvenes acabaron de estudiar se dieron cuenta de que no había demanda para tanta oferta de especialistas en informática y, tristemente, volvieron al paro sin esperanza de encontrar trabajo en Macondo.

Esto es desempleo estructural.

Si lo pensáis, un país no puede tener pleno empleo. Siempre habrá un mínimo de desempleo friccional. El problema no es este tipo de desempleo, sino los dos últimos. Tanto el desempleo cíclico como el estructural son terribles para una economía.

En el cíclico, mucha gente que se ha acostumbrado a vivir de un modo, tiene que volver a “desacostumbrarse” a ese ritmo de vida pretérito. Para intentar subsistir, se pasan a trabajos estacionales.

Con el tiempo, y si no se hace nada, todo el desempleo generado por el cambio de ciclo, se convierte en desempleo estructural, proviniente de una mano de obra que no cuadra para nada con las necesidades de la economía del país y ahí, es cuando se está en un pozo sin fondo.

Es ahí cuando los parados se convierten en juguetes rotos de una economía que fue y no será nunca más, en números para que los partidos politicos se echen en cara como bolas de barro en el patio de un colegio.

3 comentarios:

  1. Cierto, ahí aparece el que se llama paro de larga duración...

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  2. Bien explicado. España siempre ha tenido una alta tasa de desempleo estructural. Incluso en la época vertiginosa que entraban millones de inmigrantes porque supuestamente no había bastante gente para limpiar y poner ladrillos, el paro era elevado respecto a países de la UE.

    Probablemente con una economía sumergida estimada oficialmente en el 20% pero que puede ser mayor. habría que reducir las cifras del paro en ese 20% al menos.

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    1. ¿Y por qué hay tanta economía sumergida? Porque ningún gobierno se ha tomado en serio el hecho de erradicarla pues es tenida como un "salvavidas social" para que la masa obrera no llegue a límites de desesperación. Que trabajen en condiciones de semiesclavitud si hace falta con tal de que trabajen y estén tranquilitos. De cara al mundo somos europeos, pero de puertas para adentro... No hay más que ver.
      Con la última crisis los gobiernos directamente se han quitado la careta y están equiparando los contratos "A" a los "B" en el sentido de permitir por ley lo que ya sucedía de facto. Una precarización abusiva de los derechos laborales. El empresario español siempre buscó lo que dijo una vez su presidente de la patronal que la población cada vez "trabaje más, cobrando menos".

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