Tal vez tengáis la sensación que, en cuestiones gubernamentales, “a perro flaco todo son pulgas” o que los gobiernos nacionales “ponen un circo y les crecen los payasos”, vamos que cuando el país está en medio de una de las mayores crisis económicas de la historia, por si fuera poco, a los gobiernos se le rebelan los sindicatos y las comunidades con frecuencia creciente.
¿Casualidad? No, es que el silencio tiene un precio.
Antes, cuando había dinero, se callaba a todo al mundo a golpe de talonario o de transferencia de competencias, que, al final, viene a ser lo mismo pues con cada transferencia de competencias viene un jugoso cheque.
Que los sindicatos se ponen tontos, cheque al canto. Que los nacionalistas se quejan, pues cheque al canto. Que los empresarios de tal o cual ramo venden menos, pues cheque al canto.
Pero ay, que ahora los cheques van sin fondos. Que ahora hay que negociar el silencio y aquellos acostumbrados a que su silencio se pagara al precio de oro, y se revalorizara cada año muy por encima de la inflación, ahora ven como para que ellos sigan comiendo jabugo otros tienen que comer choped.
Y ojo que no es malo comer choped, cuando se paga a precio de choped; pero los ciudadanos se cansan de que les vendan jabugo a precio de caviar y, luego, al abrir el paquetito en casa se encuentren choped. Nos cansamos del co-co-copago repetitivo, de que nos vendan que los servicios que hemos archi-pagado vía impuestos nos los vuelvan a cobrar bajo pretexto de que hay que pagar más para mantener la calidad de siempre, cuando todos sabemos que el problema es que hay más ladrones que nunca chupando de nuestra teta.
Un dato: al parecer, con la nuesta tanda de impuestos aprobada, vivir en Cataluña ya es más caro que vivir en cualquier país de la Unión Europea. Eso sí, la inmersión lingüística y las embajadas en el extranjero están aseguradas… por no hablar de la retransmisión de la Fórmula 1 en TV3.
Al final, cuando hay, hay para todos, pero, cuando no, sólo hay para los de siempre y no precisamente para los que lo pagan.
Da la impresión de que todos los impuestos que se pagan son para mantener el andamiaje político y las fanfarrias y que después hay que volver a pagar para los servicios comunes.
ResponderEliminarEn la UE se vive aplastados por los impuestos pero en España la cosa es aún peor, porque esos impuestos se dilapidan o se roban. Y es que 18 gobiernos de facto es mucho gasto improductivo y mucha orden y contra orden, o sea, mucha inseguridad jurídica.
En España, la UE dictaminó la necesidad de eliminar casi tres mil organismos autonómicos y aún no se ha empezado aún. Y es que se ha creado aquí una madeja de gasto a la que nadie se atreve a meter mano.
Te equivocas, el problema es que no hay un sólo sistema, sino que hay dos estructura superpuestas.
EliminarLa antigua estructura franquista del gobierno central con las Diputaciones y los Ayuntamientos y la de la Constitución de 1978 con las CCAA y las entidades comarcales y mancomunidades. Como los políticos no querían perder puestos de trabajo, ni enchufes para sus amigos, pues mantuvieron las dos. Mientras al ciudadano lo sangramos lo que haga falta.
Los políticos que han conseguido que Cataluña tenga tan alta fiscalidad han sido elegidos democráticamente hace apenas 1 mes... al final parece que a la gente si le gusta que le vendan jabugo a precio de caviar y encontrarse con el chóped.
ResponderEliminarComo dijo alguien el 21 de noviembre del 2.011: ¡Disfruten lo votado!
¡Disfruten lo votado, y hasta la vista en la cola ante las urnas en las próximas elecciones!
EliminarEl problema es que si alguien se atreviese a recortar lo que verdaderamente sobra en este país de políticos a mansalva, el propio verdugo se convertiría en víctima antes o después. Siempre ha sido más efectivo para los propios intereses pisar la cabeza del que está en el suelo mientras respire.
ResponderEliminarEspaña es un pais que vive del pasado, de la herencia recibida. Hoy es un muerto viviente de dimensiones gigantescas.
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