miércoles, 5 de diciembre de 2012

Un trabajo por decreto


La Unión Europea considera que la situación de desempleo juvenil es alarmante (manda huevos) de modo que entre los nuevos planes de las lumbreras políticas, entra el que cuando se acaben los estudios, los jovenes deberán acceder a un trabajo o unas prácticas con la mayor brevedad, en los cuatro meses siguientes al comienzo de la inactividad.

Esto es tan bonito y bucólico como irrealizable. Pero, como dijo Jack el Destripador, vayamos por partes.

En primer lugar, si quieren que los jóvenes tengan más facilidades para encontrar trabajo, lo que tienen que hacer es acortar la edad de jubilación. Ah, ¿que entonces aumenta el gasto en pensiones?, bueno, no he dicho que eso sea la solución a todo, sino que ayuda a que los jóvenes accedan a un trabajo con más facilidad.

En segundo lugar, bajen las cotizaciones sociales. A las empresas les cuesta mucho contratar, en España, por poner un ejemplo, se pagan mayores cotizaciones sociales que en Alemania (podéis comprobarlo). Eso desincentiva la contratación por parte del empresario y el trabajo por parte del trabajador.

En tercer lugar, asuman la caída de la productividad como algo no necesariamente malo. Cuando un político habla de que hay que aumentar la productividad, dice tanto como calla. Por un lado, dice que hemos de producir más por hora trabajada, por otro, calla que aumentar la productividad equivale a aumentar el desempleo. Hablando en plata, si un trabajador de pronto produce dos patitos de goma por minuto en vez de uno, si las ventas de patitos permanecen igual, se podrá prescindir de otro trabajador que hace patitos. Además, aspirar a un aumento infinito de la productividad es una estupidez.

En cuarto lugar, el empresario no contrata porque la UE se lo diga, por mucha subvención que le den. El empresario contrata si lo necesita, si se dan las condiciones apropiadas y la seguridad jurídica suficiente. Las subvenciones no hacen sino generar ineficiencia y producir acomodados. Lo que tu empresa no factura, lo ganas por vía de subvención y no te esfuerzas en mejorar tu producto. Además, está la cara B de las subvenciones, al salir del dinero público, cuantas más subvenciones, más presión fiscal al ciudadano y menos consumo. De forma que para mantener el nivel de beneficio, el empresario debe recibir mayores subvenciones, una pescadilla que se muerde la cola.

Por último, las empresas españolas ya tienen una mano de obra cuasi-esclava compuesta de becarios a los que no paga y, en algunos casos, les hace pagar por la experiencia. Qué les hace pensar a los enanos mentales de Europa, ¿que por decreto van a cambiar esto?

No sé si queda sensatez en el mundo, pero en la piara política seguro que no.

3 comentarios:

  1. Muy atinadas observaciones. Destacaría que la seguridad jurídica es fundamental para el desarrollo económico. Pero si hay 18 gobiernos y cada uno de ellos puede cambiar reglas del juego cada dos por tres, con lo de ahora pongo tal impuesto, ahora lo quito y ahora lo vuelvo a poner, adiós muy buenas.

    Por otro lado sí existe en Alemania una modalidad por la cual un joven que termina los estudios es contratado para trabajar al lado de alguien al que le falta un año o por ahí para la jubilación. El veterano le transfiere experiencia y después el joven ocupa su puesto. Me parece que al joven le pagan algo así como 400 euros. Aquí creo que esa modalidad tuvo el rechazo sindical.

    Lo que está claro es que si atrasa la edad de jubilación, quedarán menos puestos para los jóvenes salvo que se recurra al procedimiento antes expuesto.

    De todos modos, en España está el asunto de la inmigración masiva que hubo en la época prodigiosa del ladrillo ninja. Ahora sobra mano de obra por un tubo y por mucho tiempo.


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  2. La espiral es imparable, no hay por donde detenerla, pero seguimos insistiendo en mantener el sistema. Adelante, a ver si conseguimos que el día tenga 36 horas, dormir y trabajar a la vez, y estar en dos sitios simultáneamente, para mayor productividad y competitividad. ¡Ah, no!, que si nosotros lo conseguimos, la competencia también, ¡mecachis! Es que mira que son pejigueras nuestros competidores, ¿por qué no se estarán quietecitos de una vez, y nos dejan destacar a nosotros? Con lo sencillo que sería, nosotros producimos y ellos nos compran.

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  3. Me ha encantado encontrarte en la red. Comparto contigo la crítica constructiva de quien considera que la situación se vuelve insostenible, si bien deberíamos ser todavía más quienes consideráramos que algo hay que hacer en la conciencia de que todos tenemos parte de responsabilidad, cuando menos, en el conformismo con el que obramos. Se nos doblan las responsabilidades en el puesto que ocupamos los que tenemos la suerte de ocuparnos en algo, pues no abrimos la boca por la que está cayendo. Y así un largo suma y sigue.
    Te dejo la dirección de mi blog por si tienes tiempo y ganas.

    http://maria-may.blogspot.com

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