¿Quo vadis Hispania?

Ayer, mientras miraba ofertas de trabajo en el extranjero, me puse a pensar, paso a paso, a dónde nos llevaba el camino que ha emprendido el gobierno. Y, paso a paso, me fui agobiando por momentos.
 
La subida del IVA y el recorte a los trabajadores públicos tendrán un doble efecto. Al principio deberían producir una leve reducción del déficit público. Esta reducción será absorbida por el efecto que tendrán sobre el consumo de modo que será pan para hoy y hambre para mañana.
 
Al reducirse el consumo por el aumento de precios que supondrá, se reducirá la recaudación por vía indirecta. Además, al venderse menos, hará falta menos mano de obra para producir, de modo que aumentará el ritmo de destrucción de empleo.
 
Este aumento en la destrucción de empleo volverá a tener varios efectos. Por un lado, aumentará el gasto público en subsidios por desempleo y, probablemente, la economía sumergida. También se reducirá la recaudación directa (IRPF por los trabajadores e Impuesto de Sociedades por las empresas) y el consumo de nuevo, al perder los nuevos parados parte de su anterior poder adquisitivo.
 
Con una economía cayendo en picado y acelerando. El ritmo de ingreso en la administración decrecerá en la misma proporción y velocidad. Además, como ya hemos comentado, el gasto en subsidios crecerá. Por otro lado, la piara que nos gobierna ya ha demostrado que son incapaces de reducir la enorme administración que tenemos; de las 400 empresas públicas que se iban a eliminar sólo se han eliminado a día de hoy 2.
 
De hecho, con la enorme presión fiscal que soportamos, pues estamos entre los tres primeros países europeos con mayor carga fiscal directa y por delante de países como Alemania, Francia, Uk, Austria y Holanda en carga fiscal indirecta, este año se ha recaudado más que el anterior, sin embargo, también se ha gastado MUCHO MÁS que el anterior. De ahí la gran subida en el monto de la deuda pública.
 
Por tanto, nuestro futuro consiste en:
 
Unos cuantos, pocos, afortunados conservarán un trabajo mal pagado, agradecidos por tenerlo y con un salario dedicado en más del 50% al pago de impuestos. El resto sobrevirirá como pueda con lo que pueda.
 
Los servicios publicos se reducirán a una mínima expresión de lo que fueron con una calidad pésima. Eso sí, habrá asesores, coordinadores, delegados y asimilados varios. Se reducirán trabajadores públicos pero no políticos. Se privatizarán servicios por doquier y, sin embargo, seguiremos pagando como si aún fueran públicos.
 
¿Qué podemos hacer?
 
Pararlo. Luchar. Salir a la calle y, como se proponía en el blog de Revoltosa, ir a las casas de los políticos y, pacíficamente, recordarles que no son señores sino sirvientes. Reduciendo el gasto público en estupideces conseguiriamos reducir los impuestos y, al tener más dinero las familias, la economía se recuperaría paulatinamente con vistas a construir un modelo sostenible pues el que tenemos ya no funciona.
 
La otra opción, al menos para mi, es emigrar. Estoy cansado de trabajar todo lo que trabajo para que me quiten la mitad del sueldo para pagar mariscadas y fastos varios para una piara que en el sector privado serian tachados de incompetetentes absolutos.